sábado, 28 de julio de 2012

ANSIEDAD INFANTIL: TAS

TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN (TAS)

Montse García
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Los trastornos de ansiedad son muy comunes en la infancia y adolescencia (Albano, Chorpita y Barlow, 1996). Sandín (1997) define la ansiedad como la respuesta anticipatoria de una amenaza, que se caracteriza por sensaciones afectivas de nerviosismo, tensión, aprensión y alarma, acompañadas de manifestaciones conductuales visibles y de cambios fisiológicos asociados a hiperactivación del sistema nervioso autónomo.

Aunque la ansiedad que presentan los niños ante la separación de los padres o de sus figuras de apego es muy frecuente en la infancia, si se vuelve desproporcionada para el desarrollo evolutivo del niño podríamos estar ante un trastorno psicológico.

En los niños con menos de tres años de edad es relativamente frecuente que la separación transitoria de sus figuras de apego les produzcan ciertos miedos y sensación de inseguridad que se traducen en algunas manifestaciones de angustia, con síntomas físicos y psíquicos. Cuando esta sintomatología es anormalmente intensa y frecuente, o cuando aparece después de los tres años de edad, cabe pensar que el niño padece un TAS.

Lo más común es que se inicie sobre los siete u ocho años de edad, aunque en ocasiones se manifiesta en edades preescolares a través de reacciones excesivamente angustiosas ante la separación durante los tres primeros años de edad. Cuando el inicio es más tardío, alrededor de los 11 años, suele tener una presentación y curso más severos (Kaplan y Sadock, 1996).

El trastorno de ansiedad por separación o TAS es  el único trastorno de ansiedad clasificado en el manual diagnóstico DSM-IV-TR como propio de la infancia, con inicio antes de los 18 años.

El TAS se caracteriza por la ansiedad excesiva ante la separación de las figuras de apego o del hogar, o ante la anticipación de estas situaciones, y se acompaña de una serie de síntomas como malestar excesivo, quejas somáticas, preocupación persistente, negativa a ir al colegio, a permanecer o dormir solo, etc. Para poder diagnosticar el trastornos sus síntomas deben persistir al menos durante 4 semanas, iniciarse antes de los 18 años y repercutir de forma negativa en la vida y en el desarrollo del niño.

Hay niños que son más tendentes que otros a sufrir este tipo de ansiedad, sin embargo existen otros factores que influyen en el origen y mantenimiento del TAS.
  • Un déficit de aprendizaje. La falta de habituación del niño a permanecer sin sus padres porque no existe una historia previa de separaciones breves de los padres y el niño.
  • Reforzamiento operante. Apego excesivo y potenciación con refuerzo de los padres hacia las conductas de dependencia en los niños. Esto genera normalmente poca autonomía en los niños y la búsqueda del contacto y la protección paterna.
  • Ciertas experiencias traumáticas y estresantes: inicio de la escolarización, hospitalización o muerte de alguien próximo, etc… pueden condicionar la ansiedad del niño ante futuras separaciones.

Teniendo en cuenta que un grupo de factores que inciden en el origen del TAS son las experiencias traumáticas y estresantes es adecuado hablar de una situación que sufren muchos niños en la actualidad, esta es, el divorcio de sus padres. Pues bien, según ciertos estudios, la vulnerabilidad de estos niños a presentar TAS es mayor si este niño ha vivido de forma traumática la separación brusca de uno de los padres tras la ruptura, dado que esto le predispondrá a reaccionar de forma ansiosa a las separaciones cotidianas.

La mejor forma de evitar o minimizar las manifestaciones de ansiedad de estos niños será que los ex cónyuges se conciencien e intenten que no haya desavenencias entre ellos, dado que así es más fácil que el niño pueda tener un contacto frecuente con ambos reduciendo así su conducta de temor ante la ausencia de las figuras de apego.

Por otra parte, se ha detectado que el trastorno de ansiedad por separación es una de las principales causas del absentismo escolar. Esta razón es la que lleva a incidir en el hecho de que es necesario distinguirlo bien de otros trastornos con características similares que también favorecen el absentismo escolar tales como la fobia escolar y otros trastornos de ansiedad.

¿Y qué hay del tratamiento? En lo que concierne al tratamiento y según demuestra la evidencia, se puede considerar tratamiento de elección para este trastorno la Terapia cognitivo-conductual. Dentro de este modelo se integran diferentes estrategias terapéuticas basadas en la exposición gradual, el autocontrol y el manejo de contingencias.

Algunas de las técnicas más utilizadas para el tratamiento del TAS son: diversos entrenamientos en relajación, entrenamiento en respiración profunda y el entrenamiento en autoinstrucciones. Además hay un protocolo de tratamiento que está considerado como probablemente eficaz y que es el más utilizado tanto para tratar el TAS como el TAG, se denomina “El gato que se las arregla” (Coping Cat) de Kendall (1990).


BIBLIOGRAFÍA

-Manual de Terapia de conducta en la Infancia – Isabel Comenche Moreno y Miguel A. Vallejo Pareja.
-Ansiedad generalizada, ansiedad por separación y fobia escolar: predominio de la terapia cognitivo-conductual – Isabel Santacruz, Ana i. Rosa, Julio Sánchez-Meca, Xavier Méndez y José Olivares – Universidad de Murcia.
-Trastorno de ansiedad por separación en hijos de padres divorciados – Mireia Orgilés Amorós, José Pedro Espada Sánchez y Xavier Méndez Carrillo.
-Trastorno de ansiedad por separación y absentismo escolar – Javier de las Heras (Revista complutense de educación).


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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, mucha información referida a la definición del trastorno (que ya la conocemos perfectamente), pero nada en relación a las pautas que los padres podamos llevar a cabo y que nuestros hijos puedan superar el problema.

El artículo me parece incompleto.

Montse Garcia dijo...

Hola anónimo,

Tal vez tengas razón en cuanto a la mayoría de los artículos que se publican sobre este tema, no lo sé.
Sin embargo lo que sí te puedo decir es que este en concreto no tenía la pretensión de servir como una guía para padres, sino precisamente lo que trataba era de dar una visión general y fundamentada del trastorno en sí por ello no lo incluí dentro de la pestaña "para padres" sino en la de "para profesionales".

Por otra parte, querido anónimo, tenía proyectado hacer un post orientado más a las necesidades de los padres que ya publicaré en este mismo lugar más adelante.

Al margen de esto lo que sí diría es que cuando un niño o joven padece este trastorno y la intensidad del mismo causa un importante sufrimiento en él y en la familia mi mejor recomendación es que se acuda a buscar la ayuda de un psicólogo/a. Hablamos de un trastorno de ansiedad infantil y debemos comprender que muchas veces unas pautas de acción no serán suficientes para erradicar un problema de este estilo.

Un abrazo,

Montse

Anónimo dijo...

Mi nombre es Sonia y estoy de acuerdo con anónimo, si es para profesionales los profesionales ya saben qué es esto y no aporta novedad. Si no, no serán muy profesionales.
Y para padres no aporta nada. demasiada teoría enlatada.

Montse Garcia dijo...

Hola Sonia,

Respeto tu opinión, y respecto a ella sólo puedo decirte que también sé que no puedo hacer las cosas al gusto de todo el mundo así que estoy segura que en otro lado podrás encontrar aquello que esperas.

Un abrazo
Montse